Ingredientes
- 320 g de ditali (o gramigna)
- 4 huevos
- 140 g de parmesano rallado
- 1 cebolla
- c.s. de perejil
- c.s. de aceite de oliva virgen extra (o manteca o mantequilla)
- c.s. de sal y pimienta
El recetario napolitano cuenta con numerosas recetas elaboradas a base de ingredientes poco costosos y fáciles de encontrar. Una de ellas es “tubettiell cas’ e ov”, o ditali con queso y huevo. Este plato podría parecerse a la mítica Carbonara Romana, pero incluso más simple. La historia, con sus vagos recuerdos, habla de una receta previa algo diferente a la que preparan los napolitanos hoy. La principal diferencia está en la presencia de manteca. Muchos primeros platos que utilizaban la apreciada sugna (manteca) han remplazado este ingrediente tan graso por aceite de oliva. Los napolitanos seguimos usando este ingrediente pero sobretodo en platos típicos que tomamos en Semana Santa, como los renombrados castiello o pastiera. Después de algunas investigaciones, el origen de esta receta es incierto, sin embargo, mirando los ingredientes y la facilidad de preparación, está claro que se trata de un plato muy sustancioso que la mayoría de las veces era el único sustento diario. También cada familia tiene sus variantes. En la mía, por ejemplo, es el primer plato de la comida de Pascua y precede al que lleva la salsa de cordero. Mi abuela me contaba a menudo con mirada soñadora como solía ir al mercado a hacer la compra cuando todas las amas de casa volvían a casa para preparar la comida. De esa forma, podía comprar sin sentirse demasiado abochornada. Los huevos rotos se estropeaban en los cartones de los chicos apoyados frente a las tiendas y ella los podía comprar a mitad de precio. Eran más o menos los años sesenta. Cuento lo de mi abuela porque su historia es la de la mayor parte de los napolitanos de ese tiempo: los medios de subsistencia escaseaban, pero había un fuerte deseo por salir adelante. En la mesa la comida, de una manera u otra no faltaba nunca, y, lo más importante, a pesar de las dificultades, donde comían cuatro comían también cinco o seis. Para los amigos, bastaba con otro huevo roto más.
Cortar la cebolla en rodajas finas, realmente añade un toque de sabor extra.
En una cacerola añadir un poco de aceite aove y dorar ligeramente la cebolla teniendo cuidado de que no se queme. Añadir luego agua suficiente para cocer la pasta y dejar pochar bien la cebolla.
Verter luego la pasta directamente en la cacerola, asegurándose de que haya bastante agua. Dejar cocer durante todo el tiempo de cocción revolviendo de vez en cuando.
Mientras batir los huevos con el parmesano rallado, el perejil picado, un poco de pimienta, si se desea, y salar al gusto.
Cuando la pasta esté cocida y en el fondo haya un poco de líquido, verter los huevos batidos con los otros ingredientes en la cacerola, mezclar rápidamente y apagar el fuego.