Ingredientes
- 320 g de calamarata Garofalo
- Aceite de oliva virgen extra al gusto
- 1 diente de ajo
- 500 g de tomates cereza
- 800 g de calamares Perejil al gusto
Es un hecho que los napolitanos de hoy en su momento fueron también niños. Y con la misma seguridad, podemos afirmar que comían los calamares cortados en anillas y los llamaban tarallini en su infancia. La calamarata es otro de los platos para rememorar; «a la sombra del tomate», como solía decir mi abuela. A cualquier edad y como quiera que se defina, la calamarata no es solo una unión entre tierra y mar, sino también entre pasado y presente.
Corte el calamar en la forma típica de anilla, colóquelo en una sartén de bordes altos, añada el aceite, un diente de ajo y los tomates peras cortados por la mitad a lo largo. Para obtener una pasta perfectamente cremosa, es recomendable utilizar una sartén de aluminio.
Cocine los calamares a fuego moderado hasta que se ablanden y adquieran un color rosado, lo que tardará unos quince minutos. No añada sal, puesto que la pasta terminará de cocerse en una sartén con agua salada.
Ponga la sartén para cocer la pasta al fuego y añada sal. Comience a cocer la pasta. A mitad de la cocción, levante la calamarata con un cucharón perforado y añádala a la sartén con el fondo de calamar.
Deje que cueza añadiendo agua de la cocción de la pasta poco a poco. Cuando finalice la cocción, añada el perejil picado y sirva.